Pasos metálicos y choque de armas.  Ruidos poco comunes para muchos, pero para Luis Díaz, esgrimista majariego, son su segundo hogar. Lleva escuchándolos desde los 8 años, cuando empuñó por primera vez un florete en el Club de Esgrima de Majadahonda. En la sala de armas del Polideportivo Cerro de la Mina se empezó a gestar su carrera deportiva, creciendo temporada a temporada con sus compañeros y su entrenador. Un trabajo que le ha llevado donde está ahora: con tan solo 16 años, Luis Díaz tiene tres oros en Campeonatos de España, es deportista de alto rendimiento y lidera el ranking nacional de la categoría cadete. Y, aunque sus éxitos y su formación continúan en la Sala de Armas de Madrid, su nuevo club, aún le podemos ver enchufado a las pistas de Majadahonda, aprendiendo y aconsejando a los que empiezan.

 

¿Qué recuerdos tienes de tus primeros pasos en la esgrima?

Era muy pequeño, tanto que no me dejaban hacer otros deportes. Pero recuerdo entrenar con mis primeros compañeros, el buen ambiente que había en los entrenamientos con ellos y las primeras competiciones – sobre todo lo nervioso que me ponía al principio.

Vives entre Majadahonda y Madrid, donde entrenas en el programa de tecnificación. ¿Cómo compaginas y organizas tus entrenamientos y tus estudios?

No podría hacerlo sin la ayuda de mis padres que me llevan, porque salgo del colegio muy tarde. Es un sacrificio y se lo agradezco mucho. Por mi parte, intento organizarme estudiando con antelación, quitándome todas las tareas cuanto antes y usando cualquier hueco entre entrenamientos para que no afecte a mis estudios.

¿Cómo fue tu trabajo para conseguir ese Campeonato de España, el primero del Club de Esgrima de Majadahonda?

Fue un trabajo desde el principio de temporada. Largo, duro, constante; centrados en un objetivo: ganarlo. Pasé muchos nervios y tenía muchas inquietudes: al ser el principal favorito todos quieren ganarte y no te lo ponen nada fácil. Pero al final se consiguió.

¿Has competido internacionalmente?

He competido en dos Campeonatos Mediterráneos donde he hecho plata y bronce y he participado en pruebas del Circuito Europeo Cadete y de la Copa del Mundo Junior. Uno de mis grandes objetivos era clasificarme y participar en mi primer Campeonato de Europa, lo que conseguí el pasado mes de febrero.

Actualmente ¿cuáles son tus objetivos deportivos?

El primero, ganar de nuevo el Campeonato de España. A largo plazo, conseguir algún patrocinador para poder participar en más pruebas internacionales y poder ser Campeón de Europa o llegar a hacer un buen resultado en el Mundial. Sobre todo, coger experiencia fuera de España, que en este deporte es muy importante.

¿A quién agradecerías tus éxitos?

A muchas personas: a mis padres, a mi entrenador que lleva conmigo desde pequeño, a los compañeros que alguna vez han entrenado conmigo, a todo el Club de Esgrima Majadahonda y a la Sala de Armas de Madrid, mi actual club, que me ha permitido entrenar con gente de mucho nivel. También a la Federación Madrileña y Española por las veces que ha contado conmigo para pruebas internacionales.

¿Qué valores has aprendido en este deporte?

La esgrima es todo respeto, sobre todo al árbitro, pero también entre los tiradores. Cuando alguna vez protesto o me enfado con el árbitro el primero que me manda callar es mi entrenador para que respete la decisión que ha tomado. También he aprendido mucho de concentración y desarrollo mental para decidir lo que tengo que hacer en cada momento del asalto.

¿Qué les dirías a los chicos y chicas que llevan poco poniéndose en guardia o quieran hacerlo?

Les diría que al principio puede ser un poco extraño, pero cuando vas cogiendo el tranquillo te lo vas pasando mucho mejor. Se hacen muchos amigos, tanto en el Club como en las competiciones o cada vez que tienes un viaje. Y sobre todo que, si empiezan, entrenen mucho y constante y disfruten de cada momento. Pero lo más importante siempre: que lo pasen bien.

 

Entrevista realizada por: Mª Isabel Matey Hernández, estudiante de periodismo perteneciente al Club de Esgrima de Majadahonda